Zaimar

Historia del nombre ZAIMAR

Hace mucho tiempo atrás, durante los primeros siglos de nuestra era, en una pequeña y humilde villa ubicada en la Costa Oriental del Mediterráneo, donde el suelo era tan árido que no crecía ni la esperanza, un astuto joven de espíritu noble y mente emprendedora, llamado ZAIMAR, decidió retar toda condición adversa y buscar las oportunidades de hacer crecer la villa más allá de sus límites. Así que juntó cuanta mente creativa y mano diestra de los artesanos de su pueblo pudieron crear: finos telares y gobelinos, magníficas alfombras, bellos poemas, aceites aromáticos y todo cuanto pudiera despertar el interés, deseo y necesidad de los pueblos vecinos para encontrar a través de estos un ventajoso intercambio de mercancías.

Así pasaron los años y ya los pueblos veían crecer con explosivo éxito los volúmenes de intercambio a medida que las distancias entre ellos se acortaban como consecuencia del desarrollo comercial. Sin embargo, para ZAIMAR, que siempre evidenció estar delante de su época, esto no era suficiente y percibió que podría aprovechar mejor sus viajes aplicando en los pueblos novedosos conocimientos, que con auténtico interés descubría en ellos. Así notó que la nueva técnica de labrado de Ugarit podría ser implementada con éxito en Biblos, que un alocado concepto de urbanización que escuchó en Sidón se hacía necesario en Beritos, al igual que la propuesta de diseño arquitectónico que escuchó de un constructor en Tiro. Al mismo tiempo, para agilizar el comercio y negociación implementó en todas estas ciudades un innovador sistema contable.

Desde entonces, con el comercio desarrollándose gracias a nuevos productos y servicios bajo la atenta supervisión y aplicación de novedosas técnicas administrativas impuestas por ZAIMAR, PROSPERIDAD fue la palabra más empleada en toda la región, tanto así que en gratitud cada pueblo declaraba a ZAIMAR como su ciudadano más ilustre, atribuyéndosele su origen, al tiempo que muchas otras caravanas y negociantes intentaban emular el éxito de ZAIMAR, sólo para llegar a las ciudades y ver sorprendidos que éstas a cada paso de ZAIMAR crecían enormemente en riqueza y modernidad. Fue así que con el tiempo en todos los pueblos de la región, ZAIMAR cobró un significado propio, con el tiempo, ZAIMAR pasó a ser sinónimo de PROSPERIDAD.

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